Un día un niño cualquiera iba caminando rumbo a un partido de futbol. Al llegar al estadio se dio cuenta de que no había nadie y al ver que no había nadie se sentó y pensó: “Tal vez me engañaron, tal vez no había ningún partido”. Más tarde, en su casa, él averiguó que jamás hacían partidos en esos días y tuvo una idea: “La próxima vez que alguien me diga que habrá un partido, le preguntaré al entrenador cuándo será”.
martes, 3 de junio de 2008
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