En una tienda de campaña, un piloto sembraba una rara semilla que se había encontrado en uno de los lejanos sitios que había visitado en sus viajes. Unos días después la semilla maduró y creció y dio un fruto y del fruto salió un dinosaurio que se comió al pobre piloto.
martes, 3 de junio de 2008
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1 comentario:
BRAVO YAROSLAV!!!
Qué ingenio el tuyo! eres todo un niño escritor que de pronto parece tener un titipuchal de años contando, jeje... Me gustaron mucho tus cuentos, es sorprendente tu manejo de la trama, dominas desde la corta historia que en un parpadeo congela muchas imágenes en una sola, hasta aquella que nos traslada de un lugar a otro. ¡ERES GRANDE!
TE FELICITO MUCHO, A TUS PADRES Y A TU GRAN MAESTRA que ya parece que la veo como una niña, jalando del hilo a un hermoso papalote que eres tu, volando por el cielo entre las notas musicales que tu padre va lanzando al viento...
Atentamente,
Alejandra Guzmán Pulido
Amiga de Nati
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